Surfista inventor, aventurero y de alma libre, desempeñó un papel fundamental en el avance del diseño de tablas y quillas de surf, cuya contribución fue tan impactante que cambio el surf de manera masiva para siempre.
George Greenough nació en 1941 en Santa Bárbara, California (ahora vive en el norte de Nueva Gales del Sur), es descendiente del gran escultor estadounidense Horatio Greenough.
En 1967 surfeó en Maui en una colchoneta con aletas (antes de que se inventara el bodyboard). Fue el primero en grabar un tubo desde dentro (con una carcasa de 12 kilos fabricada por él mismo). Realizó varias películas de surf que hasta ahora nos parecen alucinógenas (psicodelia con música de Pink Floyd, etc). Se arribo en un velero, navegando solo para buscar olas inhóspitas, en donde dejo plasmado sus encuentros con tiburones… Realizó un documental sobre delfines, para lo que diseñó una carcasa en forma de bebé delfín, lo que le permitía poder seguirlos y grabarlos.
Sus contribuciones más importantes para el surf fueron dos, ambas estando totalmente conectadas.
En 1962 después de haber usado aletas flexibles mucho antes de que nadie más hubiera considerado la idea, Greenough decidió hacer sus propias tablas de surf, que se caracterizaban por ser cortas y en forma de cuchara, llamadas Velo, para empezar a surfear de rodillas. En un año, hubo un frenesí por hacer que todas las tablas de surf fueran aún más cortas y maniobrables para que pudieran montar como lo hizo George, pero haciéndolo de pie en una postura vertical completa. Fue un momento emocionante de cambio para el surf. El resultado de este período experimental fue un modelo de tabla que la gente más tarde llamó el shortboard, y se convirtió en un diseño principal en las próximas décadas.
Greenough golpea su Velo en forma de cuchara a mediados de la década de 1960. (Foto cortesía de John Witzig).
Durante décadas, los surfistas habían estado experimentando con variaciones para maximizar el control y la dirección de sus tablas. Pero fue Greenough quien estudió de cerca las aletas del atún y los delfines, entendió intuitivamente su correspondencia con el surf y aplicó la ciencia, la física del momento de arrastre, elevación, empuje y lanzamiento, a la conducción en olas. La forma fusiforme del delfín ya había influido en la forma del tablero. Parecía natural que la aleta dorsal que impulsaba poderosamente a los cetáceos a través del agua mejorara el efecto. De ahí las ideas de George sobre la flexibilidad, de tablero y la importancia de surfear con una quilla de surf.
Greenough con su quilla única (Foto cortesía de John Witzig).
Los surfistas de la época adaptaron sus tablas de surf, usando rodilleras y utilizando el diseño de aleta única (basado en la forma de una aleta de atún), con el fin de lograr montar las olas como lo hacia George, con un enfoque radical y progresivo, lo que dio comienzo a un efecto dominó que terminó ayudando a los longboards de ese tiempo a tener mayor maniobrabilidad de las olas.
Tablas de surf Greenough con su quilla única (Foto cortesía de John Witzig).
Uno de los grandes objetivos personales de George, fue la idea de compartir con el mundo, lo que se siente estar dentro del tubo de la ola, para lo cual ideo la forma de adaptar una cámara en su espalda para poder captar a través de imágenes lo que se puede sentir estando dentro de ella. Después de construir muchos prototipos, perfeccionó una carcasa de agua y la correa de montaje trasero, todos con un peso de unas 17 libras y con esta última lanzó una película en 1969 llamada: Los límites más íntimos de la pura diversión que hipnotizó al público de todo el mundo.
Greenough con su cámara en la espalda (Foto cortesía de John Witzig).
Sus imágenes fueron una revolución artística en su época, en donde filmó por primera vez la perspectiva de un surfista dentro de una ola, lo cual fue logrado con su cámara modificada de 16 mm, que montaba en su espalda, la que llevaba además una plataforma con una batería y luces.
Foto captada dentro del tubo con la cámara de Greenough.
El diseño y la fotografía de la pizarra de Greenough fueron solo el principio. Aún vive su vida realizando nuevos inventos y modificando las cosas para que funcionen mejor.
Su vasto inventario abarca generadores eólicos, alfombrillas y barcos de pesca de aguas azules. Ha producido otras películas, filmadas por el Pacífico Sur en un yate construido en el patio trasero de casa de 39 pies y ha construido innumerables objetos prácticos, los cuales muchas veces son tildados de extravagantes.
Actualmente es considerado uno de los grandes surfistas de todos los tiempos.
Greenough mostrando sus quillas (Foto cortesía de Craig Stecyk)
Muchas gracias George Greenough.